Daniel Restrepo Arias Cód. 1018373673
Grupo 30160_14
Agronomía
El suelo es un
recurso vivo, no es un sistema inerte y, por el contrario, se encarga de la
regulación del agua y del 95% de la alimentación de los seres humanos. ¿Cómo
respetar su vocación y ordenar el territorio?
El crecimiento
exponencial de la humanidad en los últimos 200 años en donde pasamos de habitar
en el mundo 1.000.000.000 de personas, a pasar a vivir 7.700.000.000 de
personas en el año 2000, quiere decir que antes la población mundial era
esencialmente rural y ahora la mitad habita en grandes ciudades. Ese hecho ha
cambiado la visión que tenemos de la naturaleza, pues pasó de ser un espacio
vital a una desproporcionada manera de sobrevivencia y se estima que para el
año 2050 la humanidad alcance la alarmante cifra de 9.000.000.000 de personas,
reduciendo significativamente la capacidad de recuperación de los ecosistemas
para producir alimentos y estar en equilibrio con cada especie que habita el
planeta, hace ya muchos años se pasó de un lugar virgen donde crecen los
árboles, pasean los animales y brotan los ríos y donde la presencia de seres
humanos era casi nula.
Ese alarmante
crecimiento de la humanidad junto a su insaciable sed de expandirse en un lugar
donde los recursos naturales son limitados, genera una ruptura entre naturaleza y seres humanos y
peor aún genera indiferencia y ha provocado que nuestros bosques sean
invisibles al ojo citadino. Más del 50% del territorio continental colombiano
son bosques naturales, y la mitad de esa porción está en territorios
colectivos. Así que no es que la gente esté de un lado y los bosques de otro”.
En Colombia existen 2
connotaciones que particulares, sin ahondar mucho en ellas, es el nivel de
analfabetismo de quienes viven en el sector rural, que es de casi el 20% sumado
a un nivel de pobreza bastante significativo, en donde la población rural es la
igualmente afectada, el 46% viven en condiciones de pobreza casi insuperables,
aun con el recurso agrícola a disposición, pero si no se sabe cómo explotar el
recurso, es casi imposible salir del problema; el segundo parámetro es
directamente proporcional y se llama conflicto armado, al año presente 2017 se
cuenta con 200.000 has sembradas en cultivos de coca y otras 70.000 has
sembradas en otros cultivos ilícitos, lastimosamente la única manera de
establecer estas plantaciones es romper las fronteras agrícolas. A la fecha
hemos perdido más del 70% de los bosques andinos. Estas cifras nos indican, que
el deterioro de los suelos es muy acelerado y tiene un trasfondo de inequidad difícil
de superar. Más del 90% del bosque seco colombiano, que era el de mayor
extensión en el país, ha sido transformado. Y de ese pedazo, el 65% está bajo
un proceso de desertificación, es decir, ha perdido la productividad de sus
suelos.
Desde hace más de 60
años se están haciendo mal muchos intentos de reformas agrícolas, nuestra
visión de desarrollo y de conservación ha sido tan miope que el bosque ha
servido para dos cosas en Colombia: es el escondite de los grupos armados al
margen de la ley o representa un obstáculo para la producción. La política agraria del país ha estado
apoyada en que “una tierra se hace productiva a partir del desmonte de bosque”.
Y ahí es donde empieza el tercer problema, la desproporcionada tenencia de
tierra y el mal uso de la vocación agropecuaria. De ahí se desprende la
degradación del suelo, que tampoco es un tema menor. El suelo es un recurso
natural que necesita para su restauración un periodo de tiempo demasiado
extenso siendo un recurso natural rara vez renovable, lo que ocurre es que la
frontera agrícola se ha extendido hacia lugares que eran zonas de conservación
o que no tiene permiso de uso de suelo, a escala mundial, se estima que la
perdida de suelos por erosión es de 7 millones de has; en Colombia según un artículo del periódico el tiempo en referencia a
un postulado del IGAC, “Colombia perdió 2,4 millones de hectáreas de bosques en
45 años, además la mitad del territorio del país presenta algún grado de
erosión y que de esta superficie, tres millones de hectáreas están severamente
erosionadas”. Los inventarios mundiales indican que casi un 25% de los
suelos a nivel global han sido degradados debido a la erosión, la contaminación
atmosférica, la agricultura y la ganadería extensivas, la deforestación, la
salinización, la urbanización y la desertificación. De hecho, la degradación de
los suelos y la pérdida de sus servicios ecosistémicos es uno de los problemas
ambientales más serios que enfrenta el planeta.
En los suelos se
cumplen los roles más importantes para la productividad. Son sistemas
ecológicos vivos en los que habita una comunidad inmensa de microorganismos. Pero, según datos del Instituto Geográfico
Agustín Codazzi (IGAC), de los casi 115 millones de hectáreas que conforman el
país, cerca del 30% (32 millones de hectáreas) presentan usos inadecuados por
parte de agricultores.
De
esa cifra, el 15% corresponde a suelos afectados por sobreutilización o por la
sobrecarga de la agricultura y la ganadería (suelos no aptos para tal fin) y el
13% restante está siendo subutilizado (terrenos desaprovechados para su
verdadera vocación). “La agricultura y la ganadería están acabando con los
suelos, y esto se debe a que no respetamos la vocación”, dijo Juan Antonio
Nieto Escalante, director del IGAC.
Esas cargas y vacíos
sobre el suelo lo erosionan. El 40% de la superficie nacional tiene algún grado
de erosión y el 3% presenta erosión severa, al punto que es muy difícil,
costoso y demorado recuperarlos. Tanto así que para que un centímetro de suelo
se restaure, son necesarios 100 años. El
suelo es un recurso no renovable a escala humana.
Del total de área de
ecosistemas terrestres a nivel mundial, el 4% se ha perdido para siempre y
nunca podrá regresar a su estado natural, en Colombia, el 22% de los
ecosistemas naturales están en peligro y 42% ha sido catalogado con afectación
mínima. Y lo peor: de los 32 departamentos que tiene el país, 24 presentan
mayor concentración de ecosistemas intervenidos que naturales.
El problema es que, la
producción agrícola se da con base en la necesidad del campesino y del
productor, sin una proyección, ni una planificación con base en el manejo y la
conservación de su entorno y sus recursos naturales. Se debe mirar la vocación
de los suelos produciendo lo que realmente pueden soportar y buscar una
diversificación en la producción que permita que los suelos se recuperen.
Tenemos, por ejemplo, ganadería en suelos que no son ganaderos porque son
frágiles y por tanto la producción es baja. Si hacemos ganadería en suelos
aptos para ganadería se evitaría la deforestación asociada a la búsqueda de
nuevos espacios de producción.
En ese contexto, la
Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2015 es el Año
Internacional de los Suelos, con el objetivo de promover una mejora de las
prácticas porque la ocupación de áreas protegidas, los conflictos de uso del
suelo y la presencia de actividades como la ganadería, la agricultura, la
minería y la vivienda no corresponden con la oferta ambiental.
Si bien la erosión es
un proceso geográfico natural, causado por el desprendimiento de partículas del
suelo, a causa de agua o viendo, en gran medida es acelerado por el hombre. La
invitación es a tomar conciencia, el suelo tiene once servicios ecosistémicos
que van desde la identidad cultural hasta la parte biótica: regulan el agua y
el clima, sostienen la producción vegetal, capturan carbono, controlan desechos
y contaminantes, almacenan nutrientes y proveen el 95% de los alimentos que
actualmente consumimos. A 20 centímetros del suelo hacia arriba empiezan las
interacciones de la cadena trófica. Todo esto es un soporte para la vida.
Más que simples
cifras, los datos arrojados deberían permitir que la actividad agropecuaria y
el desarrollo de infraestructura en Colombia tengan una guía ambiental. Que así
como el hombre les metió la mano a los bosques, le meta la mano al ordenamiento
del territorio, que es, en últimas, darle espacio y tiempo a las políticas.
Reseña Bibliográfica:
http://www.portafolio.co/economia/finanzas/doce-100-personas-campo-son-analfabetas-30700
Doce de cada 100 personas en el campo son analfabetas. SEPTIEMBRE 22 DE 2015.
https://es.slideshare.net/DavidOchoa18/usos-del-suelo-colombia
Usos del suelo Colombia 6 de ago. de 2015
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16601436
El 65,8 % de la tierra apta para sembrar en Colombia no se aprovecha. MARTHA
MORALES MANCHEGO. 24 de mayo de 2016.
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