martes, 12 de diciembre de 2017

MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS.


Daniel Restrepo Arias Cód. 1018373673
Grupo 30160_14
Agronomía

El suelo es un recurso vivo, no es un sistema inerte y, por el contrario, se encarga de la regulación del agua y del 95% de la alimentación de los seres humanos. ¿Cómo respetar su vocación y ordenar el territorio?
El crecimiento exponencial de la humanidad en los últimos 200 años en donde pasamos de habitar en el mundo 1.000.000.000 de personas, a pasar a vivir 7.700.000.000 de personas en el año 2000, quiere decir que antes la población mundial era esencialmente rural y ahora la mitad habita en grandes ciudades. Ese hecho ha cambiado la visión que tenemos de la naturaleza, pues pasó de ser un espacio vital a una desproporcionada manera de sobrevivencia y se estima que para el año 2050 la humanidad alcance la alarmante cifra de 9.000.000.000 de personas, reduciendo significativamente la capacidad de recuperación de los ecosistemas para producir alimentos y estar en equilibrio con cada especie que habita el planeta, hace ya muchos años se pasó de un lugar virgen donde crecen los árboles, pasean los animales y brotan los ríos y donde la presencia de seres humanos era casi nula.
Ese alarmante crecimiento de la humanidad junto a su insaciable sed de expandirse en un lugar donde los recursos naturales son limitados, genera una  ruptura entre naturaleza y seres humanos y peor aún genera indiferencia y ha provocado que nuestros bosques sean invisibles al ojo citadino. Más del 50% del territorio continental colombiano son bosques naturales, y la mitad de esa porción está en territorios colectivos. Así que no es que la gente esté de un lado y los bosques de otro”.
En Colombia existen 2 connotaciones que particulares, sin ahondar mucho en ellas, es el nivel de analfabetismo de quienes viven en el sector rural, que es de casi el 20% sumado a un nivel de pobreza bastante significativo, en donde la población rural es la igualmente afectada, el 46% viven en condiciones de pobreza casi insuperables, aun con el recurso agrícola a disposición, pero si no se sabe cómo explotar el recurso, es casi imposible salir del problema; el segundo parámetro es directamente proporcional y se llama conflicto armado, al año presente 2017 se cuenta con 200.000 has sembradas en cultivos de coca y otras 70.000 has sembradas en otros cultivos ilícitos, lastimosamente la única manera de establecer estas plantaciones es romper las fronteras agrícolas. A la fecha hemos perdido más del 70% de los bosques andinos. Estas cifras nos indican, que el deterioro de los suelos es muy acelerado y tiene un trasfondo de inequidad difícil de superar. Más del 90% del bosque seco colombiano, que era el de mayor extensión en el país, ha sido transformado. Y de ese pedazo, el 65% está bajo un proceso de desertificación, es decir, ha perdido la productividad de sus suelos.
Desde hace más de 60 años se están haciendo mal muchos intentos de reformas agrícolas, nuestra visión de desarrollo y de conservación ha sido tan miope que el bosque ha servido para dos cosas en Colombia: es el escondite de los grupos armados al margen de la ley o representa un obstáculo para la producción. La política agraria del país ha estado apoyada en que “una tierra se hace productiva a partir del desmonte de bosque”. Y ahí es donde empieza el tercer problema, la desproporcionada tenencia de tierra y el mal uso de la vocación agropecuaria. De ahí se desprende la degradación del suelo, que tampoco es un tema menor. El suelo es un recurso natural que necesita para su restauración un periodo de tiempo demasiado extenso siendo un recurso natural rara vez renovable, lo que ocurre es que la frontera agrícola se ha extendido hacia lugares que eran zonas de conservación o que no tiene permiso de uso de suelo, a escala mundial, se estima que la perdida de suelos por erosión es de 7 millones de has; en Colombia según un artículo del periódico el tiempo en referencia a un postulado del IGAC, “Colombia perdió 2,4 millones de hectáreas de bosques en 45 años, además la mitad del territorio del país presenta algún grado de erosión y que de esta superficie, tres millones de hectáreas están severamente erosionadas”. Los inventarios mundiales indican que casi un 25% de los suelos a nivel global han sido degradados debido a la erosión, la contaminación atmosférica, la agricultura y la ganadería extensivas, la deforestación, la salinización, la urbanización y la desertificación. De hecho, la degradación de los suelos y la pérdida de sus servicios ecosistémicos es uno de los problemas ambientales más serios que enfrenta el planeta.
En los suelos se cumplen los roles más importantes para la productividad. Son sistemas ecológicos vivos en los que habita una comunidad inmensa de microorganismos. Pero, según datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), de los casi 115 millones de hectáreas que conforman el país, cerca del 30% (32 millones de hectáreas) presentan usos inadecuados por parte de agricultores.
De esa cifra, el 15% corresponde a suelos afectados por sobreutilización o por la sobrecarga de la agricultura y la ganadería (suelos no aptos para tal fin) y el 13% restante está siendo subutilizado (terrenos desaprovechados para su verdadera vocación). “La agricultura y la ganadería están acabando con los suelos, y esto se debe a que no respetamos la vocación”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, director del IGAC.
Esas cargas y vacíos sobre el suelo lo erosionan. El 40% de la superficie nacional tiene algún grado de erosión y el 3% presenta erosión severa, al punto que es muy difícil, costoso y demorado recuperarlos. Tanto así que para que un centímetro de suelo se restaure, son necesarios 100 años. El suelo es un recurso no renovable a escala humana.
Del total de área de ecosistemas terrestres a nivel mundial, el 4% se ha perdido para siempre y nunca podrá regresar a su estado natural, en Colombia, el 22% de los ecosistemas naturales están en peligro y 42% ha sido catalogado con afectación mínima. Y lo peor: de los 32 departamentos que tiene el país, 24 presentan mayor concentración de ecosistemas intervenidos que naturales.
El problema es que, la producción agrícola se da con base en la necesidad del campesino y del productor, sin una proyección, ni una planificación con base en el manejo y la conservación de su entorno y sus recursos naturales. Se debe mirar la vocación de los suelos produciendo lo que realmente pueden soportar y buscar una diversificación en la producción que permita que los suelos se recuperen. Tenemos, por ejemplo, ganadería en suelos que no son ganaderos porque son frágiles y por tanto la producción es baja. Si hacemos ganadería en suelos aptos para ganadería se evitaría la deforestación asociada a la búsqueda de nuevos espacios de producción.
En ese contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que 2015 es el Año Internacional de los Suelos, con el objetivo de promover una mejora de las prácticas porque la ocupación de áreas protegidas, los conflictos de uso del suelo y la presencia de actividades como la ganadería, la agricultura, la minería y la vivienda no corresponden con la oferta ambiental.
Si bien la erosión es un proceso geográfico natural, causado por el desprendimiento de partículas del suelo, a causa de agua o viendo, en gran medida es acelerado por el hombre. La invitación es a tomar conciencia, el suelo tiene once servicios ecosistémicos que van desde la identidad cultural hasta la parte biótica: regulan el agua y el clima, sostienen la producción vegetal, capturan carbono, controlan desechos y contaminantes, almacenan nutrientes y proveen el 95% de los alimentos que actualmente consumimos. A 20 centímetros del suelo hacia arriba empiezan las interacciones de la cadena trófica. Todo esto es un soporte para la vida.
Más que simples cifras, los datos arrojados deberían permitir que la actividad agropecuaria y el desarrollo de infraestructura en Colombia tengan una guía ambiental. Que así como el hombre les metió la mano a los bosques, le meta la mano al ordenamiento del territorio, que es, en últimas, darle espacio y tiempo a las políticas.

Reseña Bibliográfica:
http://www.portafolio.co/economia/finanzas/doce-100-personas-campo-son-analfabetas-30700 Doce de cada 100 personas en el campo son analfabetas. SEPTIEMBRE 22 DE 2015.
https://es.slideshare.net/DavidOchoa18/usos-del-suelo-colombia Usos del suelo Colombia 6 de ago. de 2015

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16601436 El 65,8 % de la tierra apta para sembrar en Colombia no se aprovecha. MARTHA MORALES MANCHEGO. 24 de mayo de 2016.

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